Importancia de los Contact Center: Evolución – De la integración a la transformación

Todos los que nos dedicamos a temas relacionados con la atención al cliente somos conscientes de la enorme evolución que han experimentado los contact center en los últimos años. Aun así, esta transformación no deja de sorprendernos día a día.


Los contact center están experimentando una serie de cambios que, en gran parte, están alterando definitivamente el status quo. Especialmente está cambiando el papel del inbound contact center y, en particular, el papel del contact center dentro de un contexto de atención al cliente.


Esta cuestión está vinculada con temas de costes, beneficios, expectativas del cliente cambiantes, el papel de la experiencia de cliente en su conjunto y el impacto de la evolución tecnológica. Sabemos que los consumidores han cambiado. También sabemos que buscar el servicio al cliente ya no es exclusivamente un trabajo del contact center o del equipo de atención al cliente. Lo que antes se conocía como call center (aun teniendo en cuenta que las llamadas todavía tienen gran importancia) y que se ha convertido en contact center multicanal, posibilitando un centro de interacciones omnicanal (aunque muchos todavía no están en este punto), está evolucionando gradualmente hacia un centro de experiencia de cliente (CX) o customer engagement center, como algunos lo llaman. Sería esta, por tanto, una visión general de los desafíos, soluciones y transformaciones en el contact center hoy y en el futuro.

Omnicanalidad en el contact center

Del mismo modo en que prácticamente todos los elementos que encontramos en un contexto de cliente se están convirtiendo en omnicanal, lo mismo está sucediendo con las interacciones que tienen lugar en el contact center. Se trata de una evolución que ha empezado hace más de una década y que se ha ido fortaleciendo con la aparición de más canales y, especialmente, con el cambio de comportamiento de los clientes.


¿Dónde buscamos soporte o respuestas a preguntas relacionadas con el soporte relativo a los productos y servicios que utilizamos? ¿A dónde acudimos para encontrar respuestas a problemas urgentes con respecto a esos mismos productos y servicios? ¿Dónde encontramos una solución para un producto estropeado, un incremento inesperado del precio de un servicio o ayuda con una solución para la que el manual (si es que se utiliza) no proporciona una explicación inmediata?


La respuesta a todas estas preguntas es: en todas partes. Hace ya tiempo que pasaron los días en que teníamos un número limitado de canales de servicio e incluso operaciones u organizaciones como el call center.


Se trata de la evolución multicanal, cross-channel, omnicanal y, cada vez más, channel-agnostic y device-agnostic que hemos visto en tantas áreas. Lo que realmente nos importa, como consumidores, es la respuesta que obtenemos y no dónde la obtenemos.

El caos de los canales de servicio al cliente

Cuando hablamos de multicanalidad y omnicanalidad, en realidad, desde una perspectiva organizacional y de comportamiento del cliente, lo que ha sucedido es que el servicio al cliente se ha vuelto cada vez más caótico.


Dependiendo del tipo de producto/servicio/solución y de la compañía que lo proporciona, verás que buscas las respuestas de distintas formas. Influirá también la urgencia de la cuestión y otros parámetros varios. Además, es probable que consultes diferentes fuentes para una misma pregunta, a veces incluso al mismo tiempo.


Este comportamiento es un desafío para las organizaciones y sus departamentos de atención al cliente y/o contact center. De hecho, no se trata solo de un comportamiento channel-agnostic o, si prefieres, multicanal y omnicanal. Se trata también de un comportamiento que muy a menudo es totalmente caótico desde la perspectiva de la organización (“Voy a llamar a un agente, enviar una notificación de soporte, pero también seguiré buscando en la opción de autoayuda de la web; oh, no, espera, acaban de activar el chat online, están despiertos, voy a intentarlo también por ahí para asegurarme de que me responden rápido”).

De la integración a la transformación

Las expectativas crecientes de los clientes, unidas a la proliferación de canales de asistencia, es un desafío más entre muchos otros.


A primera vista, la respuesta a esta situación completamente caótica donde la gente literalmente busca asistencia en todas partes parece bastante obvia. Típicamente la afrontamos desde perspectivas como las siguientes:

  • Utilizar las tecnologías adecuadas para ofrecer el servicio donde sea importante y conectar con todos los sistemas necesarios para optimizar los procesos, los flujos de información y las respuestas.
  • Integrar todos los elementos, de forma que podamos disponer de una visión unificada de todas las interacciones relacionadas con la atención al cliente.
  • Convertir el contact center en un hub que encaje en ese otro hub más amplio en que se ha ido convirtiendo la organización como tal, tanto desde el punto de vista del servicio al cliente como desde el punto de vista de la experiencia de cliente.
  • Procurar vistas de interacción de cliente únicas, itinerarios de solicitudes más inteligentes y unificación de comunicaciones.

Sin embargo, como suele ser el caso, el remedio para abordar la creciente dificultad de la cuestión del servicio al cliente, no es para nada fácil. De hecho, no está exclusivamente relacionada con el aspecto tecnológico o de procesos. Es también de carácter humano, organizacional y con un gran alcance en lo que se refiere al propio papel de la atención al cliente y de los contact center como tales.


De hecho, nos damos cuenta de que, a falta de una visión holística del contact center, las organizaciones siguen trabajando de formas aisladas (que tienen un impacto negativo en los niveles de servicio al cliente y en su experiencia global, además de conllevar costes adicionales para la organización).


La transformación del contact center y del departamento de servicio al cliente, incluyendo el famoso trío personas/procesos/herramientas, ocupa un lugar prominente en la agenda de muchas organizaciones. Y no solo se trata de transformación digital. Se trata de transformarlo todo, desde los flujos de información hasta (de nuevo) el papel del contact center, pero también del agente del contact center en sí. Otra transformación esencial que está teniendo lugar afecta al papel cambiante (y esencial) del enfoque relativo a la analítica del contact center.

El contact center como recurso estratégico

El tema dominante en las discusiones relativas a la transformación del contact center y el propio futuro de los contact center, gira en torno al hecho de que los contact center deberían verse como un recurso estratégico crucial para las organizaciones.


Recuerda que originariamente los contact center empezaron como “un medio para reducir costes y consolidar aspectos de la operación”, como nos recuerda Nicola Millard, Futurólogo de Experiencia de Cliente en BT Glogal Services (además de socio).

Nicola es una de las personas que destacan el papel del contact center como recurso estratégico.


Dentro de ese tema dominante, y dado el origen y visión tradicional del contact center como un coste, el replanteamiento del papel del contact center lo aborda desde una perspectiva de gestión de la relación con el cliente o de su experiencia, dependiendo de con quién hables. Sin embargo, la idea central está clara: pasamos de una narrativa acerca de la eficiencia de las operaciones del contact center en sí, a una narrativa acerca de la eficiencia del contact center desde el punto de vista del servicio o experiencia de cliente.


Lo cierto es que no son nuevos ni los desafíos ni las discusiones presentes en todos los niveles posibles (multicanal y omnicanal, integración, replanteamiento del papel del contact center, el abandono de la perspectiva del contact center como coste, etc.).

Sin embargo, durante la última década, en realidad, se han producido relativamente pocos cambios, con excepciones. Simplemente pregunta a un agente o manager de contact center que conozcas.

La unión de fuerzas que afectan al contact center

Sin embargo, las cosas están cambiando más rápido que antes. Y la razón es lo que algunos llamarían una “unión de fuerzas” que crea las condiciones para un cambio rápido, además de la transformación digital.
Las fuerzas clave son:

  • El creciente papel de la experiencia de cliente como creador de valor para un negocio e incluso como elemento diferenciador (y, junto con ello, las continuas brechas en la experiencia de cliente).
  • Las cambiantes expectativas y comportamiento de los clientes (incluyendo también las tecnologías digitales y guiados por las experiencias del cliente con los mejores ejemplos de diferentes industrias).
  • El advenimiento de tecnologías que permiten e incluso fuerzan el cambio, aumentando la competencia, mercantilización y saturación en muchos mercados.
  • Los desafíos competitivos de los campeones de la experiencia de cliente (que han implementado algunas de estas tecnologías, mejorado sus procesos y creado un enfoque totalmente diferente).

La posición del contact center dentro de un enfoque holístico de la experiencia de cliente

Según un estudio de la Customer Contact Association (CCA), las divisiones de servicio al cliente y los contact centers no están suficientemente representados en los consejos, de modo que su papel estratégico está claramente infravalorado. El 74% de los encuestados concebían los contact centers como centros de coste.


Según esta organización, los desafíos más importantes a que nos enfrentamos serían incrementar el compromiso de los clientes y mejorar el servicio multicanal. En este sentido, los cinco retos principales en relación con los procesos serían:

  • Gestionar presupuestos reducidos.
  • Actuar con visión.
  • Riesgo y gestión.
  • Análisis de datos / analítica de contact center.
  • Visión de tendencias.

Está claro que para situar al contact center en el centro del negocio, queda todavía mucho por hacer. La buena noticia es que, al optimizar los procesos y promover la eficiencia, las metas de proporcionar un mejor servicio al cliente, innovar, actuar con visión y, simplemente, hacer las cosas mejor, se logra también mayor eficiencia de costes. Sin embargo, esto requiere que los directivos que realmente quieran situar al cliente en primer lugar empiecen a prestar más atención al contact center e integren y se alineen con lo que las divisiones orientadas al cliente.

LOS OBSTÁCULOS PSICOEMOCIONALES DE LA VENTA

El trabajo del agente comercial es uno de los más complejos que conozco. Hasta no hace muchas décadas, estaba considerado una ocupación de “segunda”, ideal para acoger a muchos nómadas y apátridas profesionales con una base formativa poco profunda o, al menos, ecléctica, que, como los buscadores de oro, intentaban aprovechar la única oportunidad a la que podrían aspirar para ganarse bien la vida.
Una buena imagen, bastante labia y un descaro no insolente eran los atributos principales que se escondían detrás del llamado “Don de Gentes”, que servía casi como único criterio de selección en las ofertas laborales.


Sin embargo, desde hace bastantes años, la acción comercial se ha ganado a pulso un puesto de honor entre las profesiones más valoradas y demandadas por soportar el starring role en el desarrollo de las empresas. Los recursos humanos de las organizaciones han tenido que esmerarse en refinar sus condicionamientos en su búsqueda de talento valioso, porque el “Don de Gentes” es ya una “titulación” del todo obsoleta.


Los equipos comerciales vienen preparados de fábrica con el “full equip” curtido en las universidades, con licenciaturas y Másters especializados a sus espaldas.

Sin embargo, las hardskills, si bien son importantes, muestran sólo una dimensión del talento comercial, que requiere del desarrollo de múltiples competencias blandas, tanto o más importantes que las anteriores.

En este sentido, hemos de tener en cuenta que la acción comercial parte de la necesidad de contar con profesionales que conjuguen perfectamente los conocimientos técnicos con habilidades como la resiliencia, la empatía, la asertividad, la capacidad de negociación y relación, la visión de negocio, la colaboración, la comunicación efectiva, la proactividad, la creatividad…y un largo etcétera de habilidades blandas.

Ziglar, vendedor, escritor y orador motivacional estadounidense, dijo que “la venta tiene siempre 5 obstáculos: no hay necesidad, ni dinero, ni deseo, ni prisa, ni confianza”. Es decir, que un profesional de la venta debe contar con que, como si de un videojuego se tratara, cualquier camino que inicie hacia el cierre se verá nutrido de todos estos obstáculos que deberá salvar, lo cual hace a veces épica la victoria.

Sin embargo, al trabajar en el desarrollo de equipos de venta, observamos continuamente que los obstáculos más complejos de superar son aquellos que el propio vendedor se crea. Así, para poder ayudar a los comerciales, es importante entrenarles en el reconocimiento y clasificación de estos obstáculos, lo que les permite un abordaje específico para poder salvar cada uno de ellos, sabiendo optimizar los recursos con que cada vendedor cuenta.

Obstáculos objetivos

Por una parte, podemos encontrarnos con algunos obstáculos objetivos, que son aquellos que forman parte del contexto de la venta, del equipo o de la organización a la que pertenecemos.


Unos objetivos difícilmente alcanzables, bases de datos (n.º de prospectos) minimalistas, falta de recursos de prospección o de presentación, son circunstancias que juegan en nuestra contra y poco o nada podemos hacer para cambiarlas.


Estas dificultades generan un impacto directo en algo tan esencial para el éxito del vendedor como su estado anímico, pasando una cara factura.

Obstáculos psicoemocionales

Estos obstáculos objetivos suelen acarrear falta de motivación extrínseca debido a la dificultad de consecución, no sólo de las metas, sino de las consecuentes bonificaciones.


La presión no disminuye y la extrema dificultad trae consigo otras consecuencias, como el estrés, la ansiedad o la rabia, que impactan directamente en el enfoque de la venta. Estas consecuencias se trasladan inequívocamente a nuestra interacción con el cliente y, por lo tanto, disminuyen nuestra capacidad de cierre exitoso, generando aún mayor frustración, inseguridad personal y baja autoestima, lo que nos hace entrar en un bucle de fracasos.

Obstáculos subjetivos

Por último, tenemos los obstáculos subjetivos, que tienen más que ver con aquello que el vendedor percibe como sus áreas de mejora. Dificultades concretas en los cierres, en la prospección, en la capacidad de convicción, aplicación errónea del proceso de venta… son puntos sobre los que el vendedor puede actuar directamente para mejorar su porcentaje de éxito.


¿Cómo salvamos todos estos obstáculos?


Henry Ford decía que “la mayoría de las personas gastan más energía en hablar de los problemas que en afrontarlos”. Es muy típico que nos quedemos en el primer plano, lamentándonos de que “así es imposible vender”, conseguir las metas, porque todo está en nuestra contra. Y, si bien es cierto que en estos contextos planteados las dificultades existen y son reales, no podemos quedarnos de brazos cruzados.

Por eso, para conseguir salvar o minimizar estos obstáculos seguiremos la fórmula de la Triple A:

(RESILIENCIA = A+A+A) ©

1. ACEPTACIÓN


Si los obstáculos son difícilmente alcanzables, si están fuera de toda capacidad, dejemos de fijarnos en ellos. ¿De qué sirve invertir nuestro esfuerzo en algo que sería un milagro conseguir? ¡Olvidemos los objetivos! ¿De qué nos sirve estar pensando en que no vamos a bonificar este mes, ni el otro, ni el siguiente? ¡Olvidémonos de las bonificaciones!! Por mucho que te lamentes, nada hará que tu remuneración aumente a día 30 ó 31.


Acepta la situación. Evidentemente, los objetivos van a seguir estando ahí. No se trata de que los dejes de lado. Se trata de que no te obsesiones con algo que no vas a alcanzar y te centres en qué puedes hacer en esa situación.

2. ADAPTACIÓN


Cuando aceptas la situación y dejas a un lado los objetivos inalcanzables te estás sacando de encima la presión y, por ende, tu estado emocional dejará de estar instalado únicamente en la ansiedad, la rabia y la frustración que, por otro lado, son factores paralizantes que te perjudican notablemente y que paralizan tu capacidad de seguir adelante.


¡Adáptate! Está claro que desde un estado emocional negativo tu interacción con el cliente va a ser también negativa y vas a conseguir todavía peores resultados.

¿Qué puedes hacer en esta situación? Céntrate en hacer las cosas bien desde el equilibrio. Cuando la motivación extrínseca no existe, debes buscar motivación en tu interior. ¿Qué te motiva para seguir intentándolo?, ¿la responsabilidad?, ¿la autosatisfacción?, ¿la autoexigencia?, ¿el orgullo?. Piensa en lo que sabes hacer y hazlo lo mejor que puedas.


Es crucial que no te crees una imagen negativa de ti mismo como vendedor. Tenemos tendencia a juzgarnos por los resultados. Que no alcances los objetivos, si éstos son desmesurados, no quiere decir que no sepas vender. Quizás te sientas impotente y negado para la profesión. Aprende a distinguir lo que SIENTES de lo que ERES.

Analiza tus puntos fuertes y explótalos. Céntrate en hacer las cosas bien y recuperar tu autoestima, independientemente de los resultados.

3. ALTERNATIVAS


Aquí nos centramos de lleno en los obstáculos subjetivos. ¿Qué crees que necesitas para mejorar? ¿Necesitas formación de producto?; ¿necesitas conocer más técnicas de cierre?; ¿crees que tus clientes sólo buscan precio? (piensa que, como decía Ziglar, el precio es sólo uno de los obstáculos. No lo conviertas en una justificación. Seguro que hay otras cosas que te pueden ayudar a convencerlo), ¿Necesitas generar más confianza en el cliente?


Parafraseando a Séneca, “considera las contrariedades como un ejercicio”.
Analiza tus puntos débiles y trata de poner remedio. ¿Puedes mejorar algún aspecto del proceso de ventas? Busca ayuda. Fíjate en los compañeros que tienen desarrolladas las competencias que necesitas reforzar y aprende de ellos. Todos tenemos margen de mejora.


Nunca, sin embargo, debemos pensar que es posible cerrar todos los negocios. No persigas quimeras, tan sólo intenta aprender, aprender y aprender de los errores e intenta hacerlo mejor en la próxima ocasión.

Cada llamada, cada visita, cada contacto es una oportunidad de venta. No dejes que tus obstáculos psicoemocionales te distraigan y tomen el mando.


Recuerda las palabras del estratega de negocios y autor de libros bestsellers, Dan Waldschmith: “Intentar es ganar en el momento”.


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